Street art, más allá del graffiti
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Estos últimos años de crisis económica han hecho mella en todos los sectores y, aunque se hayan batido records en las subastas de Christie’s o Sotheby’s, lo cierto es que el arte ha sufrido mucho. Son muchas las galerías que se han visto obligadas a echar el cierre porque las pocas ventas no han podido sufragar sus gastos. Quizás este contexto de crisis haya favorecido que la calle se haya convertido en un escaparate para todos aquellos que tienen gran pasión por el arte, una creatividad insaciable y que no necesitan otros medios más allá de los que tienen a su alcance.
Aunque para mucha gente aún es inevitable asociar el arte urbano o street art con el vandalismo, no olvidemos que en la mayoría de los países es un acto ilegal, lo cierto es que nuestra mentalidad va cambiando de parecer al respecto. No deja de ser paradójico el hecho de que haya muchos artistas acumulando multas por realizar obras sin permiso y que las paguen gracias a la restauración de espacios públicos comisariados por los ayuntamientos que los sancionan. Y aunque es así como debe ser, es tal el auge del arte urbano, cada vez más conocido y apoyado por el ciudadano, que en muchas ciudades se está tratado de regular esta actividad. Por ejemplo, el ayuntamiento de Buenos Aires provee a los artistas de permisos para que puedan disponer de espacios públicos en los que expresarse sin que les cueste más dinero que el del material que necesitan para llevar a cabo su obra.
No cesaremos en nuestro empeño por aprender más sobre este movimiento artístico y por dar a conocer al lector nuestros descubrimientos. En nuestro artículo Siete razones para creer en el arte urbano ya dejamos entrever nuestra debilidad por el street art y en este post nos adentraremos un poco más en él, pues son muchos los artistas que se dedican a ello, y cada uno tiene su estilo propio. A continuación daremos unos breves ejemplos de los distintos tipos de arte urbano que nos podemos encontrar. Nuestro objetivo no es poner etiquetas sino explicar las distintas formas de arte que el ciudadano puede ver en los muros de su ciudad.
Cuando se habla de arte urbano, es frecuente confundir las simples firmas que encontramos en muchos rincones de la ciudad con el street art. En gran medida el arte urbano no consigue su justo reconocimiento por este hecho. Es común encontrar firmas estropeando fachadas o escaparates de locales que no aportan nada más que ego a su creador. Esto no lo consideramos graffiti ni street art, sino vandalismo. Queremos reivindicar que el arte urbano es creativo, constructivo, requiere de una gran destreza y tiene como objetivo al espectador.
El arte urbano tiene como esencia la utilización de los muros o paredes de cualquier ciudad como soporte para sus creaciones. Pero según atendamos al motivo o a la técnica de la obra, podemos hablar de unos u otros tipos de street art.
Atendiendo al motivo
También conocido como graffiti tagging, es el origen del arte urbano. En la década de los 60 Darryl McCray realizó las primeras pintadas con su alias Cornbread para ganarse el amor de una chica llenando la ciudad de Philadelphia con una frase que decía “Cornbread quiere a Cynthia”. Con este acto consiguió a la chica y además llamó la atención de la prensa, así que decidió seguir estampando su nombre y creando tendencia. Él fue el primero, pero desde entonces el graffiti ha evolucionado enormemente. Los artistas actuales exploran en el desarrollo de la firma, la forma y el color y por ello merecen nuestra atención. El máximo “enemigo” público de Banksy, King Robbo, es un claro ejemplo de graffiti tagging. El inglés Ben Eine, ha trabajado esta forma de graffiti hasta un punto en el que su obra se centra en un tipo de fuente creada por el mismo, que estudia según la composición de las letras en diversos colores, tonalidades y formas.
Son muchos los artistas que a través de sus obras han provocado polémica y revuelo. De sobra conocido es el caso de Banksy, que se ha convertido en el máximo estandarte de este estilo. Pero no es algo nuevo; artistas como Jean-Michel Basquiat o Keith Haring plasmaron su crítica al racismo y a la homofobia en las calles de Nueva York. El muro de Berlín, mientras estuvo en pie, se convirtió en un lienzo sobre el que luchar contra la guerra fría. Blek le Rat, considerado como el padre del stencil graffiti, es otro claro ejemplo de artista que utiliza el arte urbano para realizar crítica social. De hecho el propio Banksy reconoce la influencia de este artista: “cada vez que creo que he hecho algo mínimamente original descubro que Blek le Rat también lo ha hecho, sólo que 20 años antes”. También muy conocido es Shepard Fairey por su activismo, por la disconformidad expresada en sus obras hacia cuestiones medioambientales, por su preocupación por la violación de los derechos humanos o por su apoyo a personajes públicos en situaciones de injusticia como Ai Weiwei o Aung San Suu Kyi.
Muchos artistas urbanos crean sus obras para expresar sus emociones y transmitirlas al espectador. Éstas no tienen por qué tener un mensaje directo más allá del sentido personal que cada individuo encuentre. La gran mayoría de estas obras se sitúan en espacios abandonados y decadentes y gracias a ellas éstos recobran vida y sentido. Por ejemplo, el artista noruego Martin Whatson recurre a estos espacios, pues siente predilección por ellos, y sin duda podemos afirmar que su obra recupera la belleza que éstos perdieron con el paso del tiempo. Artistas como Snik, buscan grandes murales para hacer obras de gran formato que embellecen el paisaje urbano.
La abstracción también tiene su lugar en el arte urbano. Artistas como José Parlá o Smash137 tienen ya un gran reconocimiento y su obra ha sido expuesta en importantes galerías. La caligrafía y el spray derivan en trazos y formas que se entremezclan con los materiales del soporte.
La firma y la abstracción se fusionan en este tipo de obras que parecen querer salir de la pared. El efecto que produce el trabajo de artistas como Daim o Peeta es realmente sorprendente. Con una destreza impresionante en el manejo del spray crean formas, colores y sombras que engañan a nuestros ojos consiguiendo un efecto óptico espectacular.
Atendiendo a la técnica
Como hemos mencionado anteriormente, Blek le Rat fue el primero en utilizar plantillas para plasmar sus creaciones en las calles de París. Puesto que se trata de un acto ilegal, quizás para no ser capturados por las autoridades, esta técnica surgió de la más pura necesidad. La obra se prepara con anterioridad y una vez escogido el sitio, sólo hay que plasmarla en su soporte con el uso de las plantillas. Artistas como Banksy, Shepard Fairey o Mr. Brainwash son hoy los más populares. Otros artistas como Snik o Martin Whatson utilizan esta técnica y añaden a posteriori su propio retoque a mano. El artista Roamcouch lleva esta técnica hasta el extremo y sus obras requieren de un gran número de plantillas que superpuestas crean una imagen tremendamente detallada y elaborada.
Básicamente el artista crea pegatinas previamente para luego colocarlas en los distintos puntos de la ciudad. El término hace referencia a un “bombardeo” precisamente porque el artista no pretende plasmar una única imagen sino que trata de “invadir” la ciudad con un gran número de ellas. Con esto se consigue llamar la atención como si de una campaña de marketing se tratara. La mayoría de los artistas que utilizan esta técnica lo hacen para darse a conocer y conseguir notoriedad. El propio Shepard Fairey alcanzó buena parte de su fama gracias a las imágenes de André the Giant que pegó por las grandes ciudades de los Estados Unidos.
En este caso, con la ayuda de un cincel o instrumento similar se arranca material de la pared para crear la imagen. Artistas como el portugués Vhils o los madrileños Boa Mistura son unos buenos ejemplos del uso de esta técnica.
Cada vez es más frecuente ver en algunas ciudades elementos discordantes en el mobiliario urbano. No se trata de vandalismo, se trata de instalaciones que artistas como el madrileño SpY ponen ante nuestros ojos. En ocasiones simplemente modifican el mobiliario urbano y otras veces añaden elementos que nos desconciertan. Sin duda una buena forma de llegar hasta el ciudadano más observador.
ecuperando la técnica de la Antigua Roma artistas como el francés Invader han creado su obra a partir de pequeñas losas que combinadas entre sí componen una imagen.
Con respecto a la técnica, esta modalidad se basa en manejo libre del spray de modo que el artista se vale de su propia destreza para crear la obra.
La mayor parte de estos artistas urbanos editan su propia obra gráfica. Con ello consiguen llegar a un público aún mayor y son muchos ya los que poseen serigrafías o litografías de edición limitada en sus hogares. Ya no es imprescindible vivir en Los Ángeles para ver el trabajo de Mr. Brainwash, visitar París para sorprenderse con los mosaicos de Invader o ir a Noruega para disfrutar de la obra de Whatson. Podemos adquirir obra impresa de estos artistas, por ejemplo, en Artetrama.
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