Todo lo que hay que saber para comprar obra gráfica
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En este artículo trataremos de despejar algunas de las dudas más frecuentes que pueden surgir al comprar obra gráfica especialmente por parte de aquellas personas con interés en el arte pero sin experiencia en esta disciplina.
Seguramente la primera pregunta que ha de ser respondida es ¿qué es la obra gráfica? Aunque resulte extraño, la respuesta no es sencilla. Tradicionalmente se ha hablado más de grabado que de obra gráfica, y aunque el término que nos atañe cada vez es más empleado y conocido por profesionales y coleccionistas, aún es habitual asociar ambos conceptos. El grabado es una técnica más de muchas que componen la obra gráfica como procedimiento de creación de imágenes seriadas. Cuando afirmamos que no es fácil responder a la pregunta planteada, lo hacemos basándonos en la amplitud del término. Y es que son tantas las técnicas de impresión y de tan diferente índole que dar una definición válida para todas ellas sería casi imposible.
Entonces, ¿cuáles son los requisitos esenciales que ha de cumplir una imagen estampada sobre un soporte para afirmar que se trata de obra gráfica? Con el fin de responder a esta pregunta, el III Congreso Internacional de Artistas celebrado en Viena en 1960 estableció los principios que debía cumplir la obra gráfica original:
Una vez finalizada la edición, las planchas han de marcarse o destruirse para impedir la creación de más ejemplares.
Dicho todo esto, no podríamos afirmar que el lector no experimentado en el tema que nos ocupa, haya resuelto sus principales dudas. Pero no cesaremos en nuestro empeño de que así sea. De modo que continuamos...
¿Cuáles son las técnicas de obra gráfica? Como la lista es realmente extensa, nos limitaremos a comentar las más empleadas. Por supuesto, el grabado merece una especial mención, quizás por el lugar esencial que ha ocupado en el desarrollo del arte a lo largo de la historia. Desde Alberto Durero en el siglo XVI, vemos como siglo tras siglo grabadores como Rembrandt, Goya, Delacroix o Picasso han empleado esta técnica de impresión para expresar su arte. Pero el grabado no es una técnica en sí misma, sino un conjunto de procedimientos, como el aguafuerte o la aguatinta, desarrollados para transferir una imagen desde una plancha de metal, una piedra o un taco de madera a un soporte, habitualmente papel o tela.
Puedes acceder a una breve explicación de las técnicas de grabado más empleadas en nuestra sección La obra gráfica. En este apartado también encontrarás información sobre otras técnicas de impresión, como la litografía o la serigrafía.
En nuestro esfuerzo por aclarar las dudas que pueden surgir en el comprador principiante de obra gráfica, consideramos que es importante hacer mención a dos términos que frecuentemente encontramos en la ficha técnica de muchas obras: carborundum y gofrado.
El carborundum o carborundo no puede considerarse una técnica de impresión como tal, sería más correcto decir que es una técnica aditiva. Es decir, un proceso por el cual se adhiere materia a la obra, en concreto carburo de silicio, para conseguir un efecto pictórico. Su apariencia es arenosa y destaca su versatilidad a la hora de lograr líneas y texturas. Ha sido empleado con gran maestría por grabadores españoles como Antoni Clavé, Antoni Tàpies o Joan Miró.
En cuanto al gofrado, se trata de un proceso en el que se dota de relieve a ciertas zonas del papel. Para ello se somete a la plancha a una mayor mordida o corrosión por parte del ácido con la intención de producir una profundidad suficiente para crear un relieve en el soporte. En este caso, el relieve se produce al mismo tiempo que el entintado, pero también es muy habitual realizar el gofrado mediante la presión de la plancha sin entintar o incluso por la incorporación de cartulinas u objetos con la finalidad de producir un estampado en seco, es decir crear un relieve sin la adhesión de tintas. Grabadores como Eduardo Chillida o Antoni Tàpies han utilizado el gofrado con mucha frecuencia en sus obras.
Podríamos decir que la obra gráfica surge por la necesidad por parte de los artistas de producir un número determinado de ejemplares de una misma imagen. Para ello, éstos se valen de una serie de técnicas que van desde las más tradicionales que hemos mencionado hasta otras más modernas como la impresión offset. Ésta última, inicialmente despertó bastante escepticismo como procedimiento para la creación de obras de arte, quizás por tratarse de una versión más barata e industrial de la litografía. Hace ya varias décadas que importantes artistas comenzaron a emplear el offset para la creación de los carteles de sus exposiciones. En la actualidad son ya muchos autores los que la emplean, en ocasiones combinada con otras técnicas, consiguiendo imágenes de alta calidad y extraordinario color. Es el caso del artista japonés Takashi Murakami, que trabaja sus impresiones offset con estampado en frío o en caliente, un método de adhesión de las tintas al papel a baja o alta temperatura.
En relación a técnicas modernas de obra gráfica, también cabe destacar el inkjet o giclée, denominación esta última empleada para referirse a las creaciones artísticas. Se trata de la impresión por chorro de tinta en impresoras de altísima calidad. En un principio se utilizaban impresoras Iris, aunque actualmente también es habitual utilizar máquinas Epson para la creación de obras seriadas. Las impresoras Iris, con un precio superior a 60.000 euros, utilizan las tintas estándar CMYK (cyan, magenta, amarillo y negro) y tienen una gama cromática superior a la de la impresión offset, produciendo colores de mayor saturación, intensidad y brillo.
Es inevitable que un sistema de impresión como el inkjet, capaz de producir resultados de tal calidad, sea adoptado por los artistas como una nueva e interesante técnica para la impresión de su obra gráfica. E igual que sucedió con el offset, se trata de una técnica que ha generado escepticismo. Pero hoy, son ya muchos los artistas prestigiosos que la utilizan. Thomas Ruff, Luis Gordillo, o Rafael Canogar, han trabajado en los últimos años con impresión inkjet. Artistas de la talla del ya fallecido Robert Rauschenberg, trabajaron con esta técnica antes del nuevo siglo. Éste en concreto, utilizó el inkjet en 1996 para crear la serie Arcadian Retreat.
Artistas actuales que aún no cuentan con una larga trayectoria, pero que aumentan su reconocimiento día tras día, como es el caso de la canadiense Sandra Chevrier o de la holandesa Handiedan, emplean el giclée en sus ediciones, ya que se trata de una técnica que permite reducir los tiempos y los costes de producción y obtener un resultado de calidad.
Volviendo a los principios establecidos en el III Congreso Internacional de Artistas para la definición de obra gráfica, recordemos dos aspectos: las obras deben estar firmadas por el artista y numeradas. Aquí surgen muchas de las preguntas que un comprador inicial puede plantearse. Trataremos a continuación de arrojar un poco de luz.
En el caso de la obra gráfica original, como ya hemos visto, cada ejemplar de la edición debe estar firmado a mano por el artista. Puede parecer curioso que recalquemos al decir "a mano", ¿es que acaso hay otra forma de firmar algo? La respuesta es sí. Es muy habitual encontrar grabados o litografías en cuya descripción se indica "firmado en la plancha". Esto quiere decir que el artista firmó la plancha o piedra y por tanto la firma quedó estampada, junto con la imagen transferida, en cada uno de los ejemplares de la tirada. Pero en estos casos lo habitual es que el artista no firme cada una de las copias realizadas, al margen de que sí puedan estar numeradas. Esto no significa que estas obras con la firma estampada no puedan tener valor, para determinar éste habría que atender a otros factores, por ejemplo si se trata de una edición original realizada en vida del artista o es una edición posterior a la muerte de éste basada en una obra ya existente.
Como ya sabemos, además de firmada, la obra gráfica original ha de estar numerada. El artista debe indicar el número correspondiente a cada copia de la edición y el total de ejemplares realizados. En el caso de una edición de 150 ejemplares se numerará desde 1/150 hasta 150/150.
Es habitual que una parte más pequeña de la edición se numere en números romanos. Es frecuente que estos ejemplares se incluyan en carpetas independientes y se consideren copias de lujo con un valor superior.
Frecuentemente nos encontramos con ejemplares marcados con la escritura P.A., en inglés A.P. y en francés E.A. Estas copias son pruebas de artista y, como mencionamos anteriormente, se corresponden con un 10% de la edición total. A veces el artista sólo indica que se trata de una prueba de artista y en otras ocasiones las numera del mismo modo que hace con el resto de la edición. Por ejemplo, en el caso de una edición de 15 pruebas de artista, éstas estarían numeradas del modo 1/15 P.A.
Muy valoradas por los coleccionistas son las pruebas de estado. Éstas las realiza el artista para ver la evolución de su plancha como si de un boceto o estudio de la obra final se tratase. Son todas diferentes y se escriben P.E. I, P.E. II, P.E. III, etc. Famosas son las pruebas de estado de Pablo Picasso, a través de las cuales se puede observar la evolución de una obra en la que cada prueba aporta algo nuevo a la imagen final.
Otro tipo de inscripción que encontramos muy a menudo en la obra gráfica es H.C. o Hors Commerce, prueba fuera de comercio. Las realiza el artista con el fin de destinarlas a organismos, instituciones, regalos, etc. A pesar de no estar creadas con fines comerciales, muchas de ellas acaban a la venta en las galerías o casas de subasta.
Reuniendo ideas acerca de todo lo expuesto, podemos decir que aquellas personas interesadas en la obra gráfica deben ser muy conscientes de la gran diversidad de técnicas que constituyen esta disciplina del arte. Han de tener en cuenta que la técnica se moderniza constantemente y esto es aprovechado por los artistas para producir su arte. Deben saber que ya no hay barreras en cuanto al uso de éstas y a la combinación de unas con otras. También han de ser cuidadosas a la hora de valorar la exclusividad de una obra por sus atributos de firma y numeración.
Aunque podríamos seguir hablando de la obra gráfica y despejando dudas acerca de aspectos como los tipos de papel empleados o la forma de trabajo del artista en el taller, preferimos destinar futuros artículos a estos temas y confiar en que éste pueda servir para aclarar las principales preguntas planteadas por aquellas personas interesadas en la compra de obra gráfica.
Si deseas informarte acerca de cómo conservar la obra gráfica para evitar su deterioro, puedes consultar nuestro artículo La conservación de la obra gráfica.
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