Barking Dog de Keith Haring es una de sus imágenes más representativas, consistente en la figura simplificada de un perro ladrando, perfilada en negro y rodeada de líneas de acción que indican movimiento y sonido. Como muchas de las figuras de Haring, el perro es un símbolo de energía y comunicación, expresado a través de su característico estilo visual: formas sencillas y colores vibrantes característicos del arte callejero y el graffiti. El Barking Dog forma parte del repertorio visual de Haring, con el que pretendía hacer su arte accesible, inmediato y reconocible para todos.
The Barking Dog también contiene una crítica social y política, ya que Haring solía utilizar sus obras para comentar temas como el autoritarismo, la represión y la injusticia. En este caso, el perro ladrador puede interpretarse como un símbolo de protesta o resistencia, que representa tanto la voz de alarma como a quienes se atreven a alzar la voz contra la opresión. La sencillez del diseño, casi infantil, contrasta con los profundos significados que puede adquirir la figura en diferentes contextos, lo que refleja el planteamiento de Haring de abordar temas serios a través de un lenguaje visual accesible y aparentemente lúdico.
Además, Barking Dog refleja la intención de Haring de crear un lenguaje visual universal. Las figuras del perro ladrador, al igual que otras obras icónicas de Haring, como sus hombres bailarines y bebés radiantes, podían entenderse sin necesidad de palabras. Esta obra, como gran parte de su trabajo, se desarrolló en espacios públicos, como muros y murales de Nueva York, donde la gente corriente podía interactuar directamente con el arte. Barking Dog es tanto una obra de expresión artística como una herramienta de comunicación y protesta social, que consolida el compromiso de Haring con el arte público y el activismo visual.
El tubo flexible de LED es seguro y respetuoso con el medio ambiente. Ajusta la luz a la hora del día con la luminosidad regulable.
©Fundación Keith Haring. Licencia de Artestar, Nueva York.
Cada pieza está fabricada con un material flexible de neón, consistente en un tubo de PVC o silicona con luces LED, que se monta sobre un tablero acrílico reciclado. Estos materiales permiten crear letreros de neón realistas, con luces brillantes y colores intensos, que a la vez que son más duraderos, asequibles y sostenibles que el neón tradicional.
La sostenibilidad se toma muy en serio gracias a sus luces LED, que consumen 6 veces menos energía que las luces tradicionales y duran hasta 100.000 horas. Estos neones se fabrican con materiales y packaging 100% reciclados, incluida la eliminación de todo el plástico innecesario.