Litografía offset con estampado en frío sobre papel. Esta obra pertenece a una edición limitada a 300 ejemplares y está firmada y numerada a mano por Takashi Murakami en la esquina inferior derecha. Publicado por Kaikai Kiki Co., Japón.
Debido al gran éxito de las series Skulls y Flowers de Takashi Murakami, el artista japonés decidió fusionarlas en una obra autorreferencial que parodia su propio trabajo y, al mismo tiempo, amplía su exploración de los contrastes. Así nació la serie Flowers & Skulls, a la que pertenece Signal, en la que Murakami entrelaza la efímera belleza de sus icónicas flores sonrientes con la carga simbólica de las calaveras, tradicionalmente asociadas con la mortalidad y el paso del tiempo. Estas composiciones evocan tanto los patrones expansivos del Expresionismo Abstracto estadounidense como la tradición de las naturalezas muertas vanitas, donde la abundancia floral y los cráneos coexisten como una meditación sobre la fugacidad de la vida.
En Signal, Murakami presenta una composición impactante e inmersiva, dominada por sus características flores que florecen en un hipnótico mar de tonos azules. Esta obra de edición limitada, cuidadosamente firmada y numerada a mano por el artista, encapsula la esencia de su filosofía Superflat, donde la intensidad cromática y la repetición minuciosa crean un lenguaje visual que es a la vez lúdico y profundo. Aquí, las flores de Murakami no son meros elementos decorativos, sino símbolos cargados de significado cultural, producción en masa y el incesante ciclo de creación y desaparición. La presencia de calaveras dentro de esta composición refuerza su continuo diálogo con la transitoriedad de la vida, fusionando temas de alegría e impermanencia en una obra accesible pero conceptualmente compleja.
El azul, un motivo recurrente en la obra de Murakami, adquiere un papel protagonista en Signal, impregnando la pieza con una sensación de serenidad, profundidad y expansión infinita. Esta elección cromática conecta con la fascinación del artista por Yves Klein, cuyo uso radical del azul como símbolo de lo infinito y lo metafísico ha dejado una huella indeleble en el arte contemporáneo. Al igual que Klein, Murakami emplea el color no solo como una herramienta estética, sino como un vehículo de emoción y significado, utilizando la saturación y la repetición para inducir una experiencia casi trascendental. Signal se alinea así con otras piezas clave en las que explora el poder del azul, como su serie monocromática Flowers y otras obras en las que revisita este tono con una sensibilidad marcadamente contemporánea.
La interacción entre flores y calaveras en Signal amplía la exploración que Murakami ha realizado sobre los contrastes: entre la exuberancia superficial y la profundidad existencial, entre la cultura del consumo y la tradición artística, entre lo efímero y lo eterno. La repetición rítmica de los elementos dentro de la composición sugiere una sensación de movimiento y expansión, reforzando la idea del arte como un continuum infinito de reinvención. A través de este hipnótico conjunto, Signal trasciende su condición de obra de arte para convertirse en una invitación a sumergirse en un universo donde el arte pop, la abstracción y la reflexión filosófica convergen en un diálogo atemporal.