Este tríptico está formado por tres tablas de skate realizadas con madera de arce canadiense de grado A en 7 capas.
© Estate of Jean-Michel Basquiat. Licencia de Artestar, Nueva York.
Horn Players (1983) es una de las obras más conocidas de Jean-Michel Basquiat, y es un gran ejemplo de su estilo único, que mezcla el graffiti, el arte pop y la pintura expresionista. En esta pieza, Basquiat representa a dos músicos de jazz, probablemente inspirados en las leyendas Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Las figuras son estilizadas y tienen características exageradas, algo muy típico en su obra.
La pintura tiene colores vivos como el amarillo, el rojo y el azul, y el fondo está lleno de marcas y trazos que dan la sensación de movimiento, como si estuvieras escuchando la música que los personajes están tocando. Basquiat también incorpora texto, como la palabra “SAX” y “BIRD” (en referencia a Charlie "Bird" Parker), que no solo dan más información sobre los personajes, sino que también aportan una capa extra de significado, creando una conexión entre la música, las palabras y la imagen.
La obra se puede interpretar como un homenaje a la cultura afroamericana y su impacto en la música, especialmente el jazz, que nació en esa comunidad. Pero también refleja temas más profundos sobre identidad, ya que los músicos no solo están representados físicamente, sino también de forma simbólica, a través de la música y las palabras que los rodean. Basquiat, que solía explorar temas de raza, poder, violencia y desigualdad, utiliza esta obra para destacar cómo el jazz es una forma de expresión y resistencia para la cultura negra.
En 1983, cuando Basquiat creó Horn Players, ya estaba en la cima de su carrera. Había ganado mucha notoriedad en Nueva York, y su trabajo estaba siendo muy reconocido en el mundo del arte. Esta pintura forma parte de un grupo de obras donde rinde homenaje a músicos y a la historia del jazz, un tema recurrente en su obra.
Además, hay una conexión interesante entre el arte de Basquiat y el mundo del skate. El skate, al igual que el arte de Basquiat, se caracteriza por su espíritu rebelde, su enfoque en la cultura urbana y su impulso a la autoexpresión. Los grafismos y los trazos de Basquiat, con su energía y su crudeza, evocan la misma actitud desafiante que vemos en la cultura del skate, donde los skaters, al igual que los artistas, rompen con las convenciones establecidas y crean algo único. La influencia del graffiti, que es una parte fundamental del skate y su estética, también está presente en las obras de Basquiat, creando un puente entre estos dos mundos de rebeldía y creatividad.
Horn Players es una pieza representativa de Basquiat porque captura su estilo vibrante, su amor por las referencias culturales y su habilidad para mezclar arte visual y música. Además, es una obra que celebra la cultura negra, la rebelión y la energía creativa, valores que también resuenan fuertemente en el mundo del skate. Todo esto demuestra la maestría de Basquiat para fusionar diferentes formas de expresión artística, conectando la música, el arte urbano y la cultura de resistencia en una obra poderosa.