Warhol se inspiró en una fotografía de flores de hibisco publicada en la revista Modern Photography. Aunque la imagen era inicialmente realista, Warhol la transformó, simplificando sus formas y colores en un diseño casi ornamental. Al igual que en sus otras obras, como las de celebridades y productos comerciales, Warhol aplicó la técnica de la serigrafía para crear múltiples versiones de la misma imagen, utilizando diferentes combinaciones de colores para cada impresión. El resultado fue una especie de «producción en serie» de flores que, aunque de origen natural, se transformaban en símbolos estéticos de consumo.
La serie Flowers se ha interpretado como una reflexión sobre la fugacidad de la belleza y la vida, al presentar las flores -símbolos clásicos de la mortalidad- de forma casi superficial. En este sentido, la obra alude tanto a la vida y la muerte como a la belleza efímera y comercializada de la cultura pop.
La serie Flowers sigue siendo una de las obras más queridas y recordadas de Warhol, una pieza que combina color, forma y repetición, e invita a reflexionar sobre la relación entre arte y naturaleza en la era de la cultura de masas.
El tubo flexible de LED es seguro y respetuoso con el medio ambiente. Ajusta la luz a la hora del día con la luminosidad regulable.
©/®/™ The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc.
Cada pieza está fabricada con un material flexible de neón, consistente en un tubo de PVC o silicona con luces LED, que se monta sobre un tablero acrílico reciclado. Estos materiales permiten crear letreros de neón realistas, con luces brillantes y colores intensos, que a la vez que son más duraderos, asequibles y sostenibles que el neón tradicional.
La sostenibilidad se toma muy en serio gracias a sus luces LED, que consumen 6 veces menos energía que las luces tradicionales y duran hasta 100.000 horas. Estos neones se fabrican con materiales y packaging 100% reciclados, incluida la eliminación de todo el plástico innecesario.