Este artista australiano, cuyo trabajo mezcla el surrealismo con el hiperrealismo, nació en Wellington, Nueva Zelanda en 1974. Siendo él un niño, su familia se mudó a Melbourne, Australia, donde reside desde entonces. En esta ciudad cursó sus estudios en bellas artes en el Victorian College of the Arts entre 1991 y 1997.
Sus obras destacan por la precisión de sus trazos y por el uso de unos colores que crean desconcierto en el espectador. Sus figuras, que suelen desafiar las leyes de la gravedad, van acompañadas de elementos simbólicos, como las palomas, que atrapan a la audiencia sin remedio. También son muy característicos sus paisajes urbanos, igual de perturbadores, cuya inspiración y referencia se encuentra en las calles de las grandes urbes australianas.
Jeremy Geddes, como no podía ser de otra manera tratándose de un pintor hiperrealista, es concienzudo y extremadamente meticuloso en su trabajo. Cada obra suele llevarle entre 1 y 6 meses, dependiendo de la complejidad y el tamaño de la imagen, de tal manera que las ideas y los proyectos de Geddes tienden a quedarse en su mente formando una cola de espera hasta que el artista comienza a trabajar en ellos.
Su proceso creativo es muy disciplinado y simpre comienza con un estudio preliminar a pequeña escala, en el que visualiza y perfecciona la imagen inicial, añadiendo o quitando elementos. Según el propio artista, este proceso es largo, de semanas o meses, pero indispensable, pues este es un paso que evita pagar un alto precio en la creación de la obra final.
Jeremy Geddes, toma su inspiración de grandes referentes artísticos del siglo XX como Antonio López, Andrew Wyeth o Eduard Hopper pero también de otros grandes pintores del siglo XIX como Leon Bonnat o William Bouguereau.
Aunque se trata de un artista al que le gusta vivir inmerso en su trabajo dentro de su estudio y que se relaciona poco con el resto del mundo artístico, Geddes goza de gran reconocimiento internacional. Su obra ha sido expuesta en grandes salas del Reino Unido y Estados Unidos y sin duda, se le augura un futuro más que prometedor.