Este artista español, nacido en Málaga en 1971, cuenta con una dilatada carrera a sus espaldas. Casi 30 años creando que lo consolidaron como el artista cotizado que es hoy en 2017.
Después de muchas exposiciones en su país natal, Europa o EE. UU., mostrando sus obras en museos, galerías y ferias de arte de todo el mundo, el mayor éxito vino de la mano de la Galería Aisho Nanzuka en Hong Kong en 2017. “Hi” fue como tituló esta exposición individual y una presentación que fue muy bien recibida por el público asiático. Tan bien recibida que Calleja vendió todas las obras expuestas allí e incluso consiguió una lista de espera de coleccionistas para adquirir su futura obra. Un año después, la historia se repite y el mismo gran éxito ocurre en Tokio, también con Aisho Nanzuka. Eso fue sólo el principio.
Aunque su trabajo es fácilmente etiquetado por muchos que declaran que las figuras de Calleja están inspiradas en el anime o el kawaii, eso no es así. Javier Calleja reivindica sus raíces mediterráneas, las mismas que lo llevaron a pintar de niño inspirado por el dibujante español Francisco Ibáñez.
Su obra se basa en retratos de figuras desproporcionadas de ojos grandes y siempre utilizando colores vivos con trazos mínimos pero sólidos. También son imprescindibles las frases ácidas que tuercen la apariencia ingenua de las imágenes y les otorgan, definitivamente, un segundo pensamiento.
Si bien sus primeros trabajos fueron creados en menor escala, su obra actual se desarrolla en grandes lienzos y esculturas de algunos metros de altura, siendo fiel a su curiosidad por los soportes y las diferentes técnicas, Calleja demuestra ser un artista multidisciplinar que trabaja duro. Su estudio, ubicado en la Costa del Sol, es mucho más grande hoy y cuenta con el mejor equipo que le ayuda a cumplir con estos grandes proyectos.
Javier Calleja simplemente ya no puede parar. Su agenda está repleta de nuevos proyectos, ediciones, exposiciones y colaboraciones. Sin duda nos dará, al menos, otros 30 años de carrera.