Bertram Stern, conocido mundialmente como Bert Stern, nació en el corazón de Brooklyn, Nueva York el 3 de octubre de 1929. Su infancia estuvo marcada por la fascinación por el cine, una pasión que heredó de su padre, quien trabajaba como editor en una revista de cine. La Segunda Guerra Mundial y la era dorada del cine estadounidense moldearon su imaginación y su futuro camino profesional.
Stern abandonó la escuela secundaria para unirse al ejército durante la Guerra de Corea, donde trabajó como fotógrafo. Esta experiencia temprana en la fotografía militar le proporcionó habilidades técnicas y un ojo clínico que más tarde se convertirían en sus sellos distintivos.
A su regreso a Nueva York, Stern consiguió un trabajo en la agencia de publicidad Look Magazine, donde trabajó bajo la tutela de Alexey Brodovitch, el famoso director artístico de Harper's Bazaar. Brodovitch se convirtió en un mentor crucial para Stern, alentándolo a experimentar con la fotografía y a explorar su creatividad.
Su primer gran éxito llegó con una campaña publicitaria para Smirnoff en 1955. La fotografía, que mostraba una botella de vodka en medio del desierto egipcio con las pirámides de Giza reflejadas en ella, fue un golpe maestro que capturó la atención del público y de la industria publicitaria. Este trabajo catapultó a Stern a la fama, estableciéndolo como uno de los fotógrafos más innovadores de su tiempo.
Uno de los trabajos más emblemáticos de Stern fue "The Last Sitting", una serie de fotografías de Marilyn Monroe tomadas en 1962, pocas semanas antes de la muerte de la actriz. Esta sesión, realizada para la revista Vogue, se convirtió en una de las más icónicas de su carrera y en una de las más célebres de la historia de la fotografía.
Las imágenes de Monroe, que oscilaban entre lo sensual y lo melancólico, capturaron la complejidad de la actriz y la vulnerabilidad detrás de su fama. La sesión duró tres días y produjo más de 2,500 fotografías. Estas imágenes no solo definieron la carrera de Stern, sino que también contribuyeron a perpetuar el mito de Marilyn Monroe.
El estilo de Stern se caracterizaba por su capacidad para capturar la esencia de sus sujetos de manera íntima y honesta. Utilizaba la luz natural y experimentaba con ángulos y composiciones poco convencionales, lo que le permitió destacar en un campo saturado de talento.
Además de su trabajo con celebridades, Stern también fue conocido por sus fotografías de moda y sus retratos editoriales. Su habilidad para contar historias a través de sus imágenes lo hizo muy solicitado en la industria de la moda y la publicidad.
A lo largo de su carrera, Bert Stern fotografió a muchas de las personalidades más influyentes del siglo XX, incluyendo a Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor y Sophia Loren. Su trabajo ha sido exhibido en galerías y museos de todo el mundo, y continúa inspirando a nuevas generaciones de fotógrafos.
Stern también publicó varios libros, entre ellos "The Last Sitting", que documenta su famosa sesión con Marilyn Monroe, y "The Fashion Book", que recopila algunas de sus mejores obras en el mundo de la moda.
Falleció en Manhattan en 2013 a los 83 años, dejando detrás de sí un legado imborrable en el mundo de la fotografía. Su habilidad para capturar la belleza y la humanidad en sus imágenes lo asegura un lugar eterno en la historia del arte visual.
Bert Stern fue más que un fotógrafo; fue un narrador visual cuyo trabajo trascendió las barreras del tiempo y capturó la esencia de una era. Su influencia perdura, inspirando a aquellos que buscan ver el mundo a través de un lente diferente.