Las superheroínas de Sandra Chevrier
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Las últimas obras de esta artista canadiense están claramente identificadas por sus retratos de mujeres con "piel" cómica. En este artículo examinaremos el trabajo de esta artista.
La serie “Super Hero Cages” ha llevado a Sandra Chevrier a la élite de las tendencias actuales. Está de moda. Y es que Sandra sabe combinar perfectamente la estética de la belleza femenina con el mundo de los super héroes de los cómics como nadie. Las obras que pertenecen a esta serie son de una innegable belleza, tienen elegancia y además transmiten mensaje. Podemos encontrar múltiples trabajos de esta artista realizados en varios soportes, pues ha creado obras utilizando tanto la técnica mixta como la obra gráfica en ediciones limitadas en giclées o serigrafías.
Todas las obras de “Les cages” nos muestran a mujeres preciosas empapeladas por viñetas de Batman, Superman, Linterna Verde… y el mensaje parece claro: con las exigencias estéticas que se imponen a las mujeres de hoy en día, parece que sea necesario hacer milagros para poder encajar en los cánones de belleza de la sociedad actual y que se necesiten super poderes para cumplir estas expectativas.
Pero si miramos un poco más allá vemos que lo que la artista quiere transmitirnos no sólo queda aquí. La traducción de “cages” en castellano significa jaula, caja. Estas mujeres se encuentran encerradas tras unas barreras en las que todos podemos quedar atrapados, mujeres y hombres, y son las barreras de nuestras propias exigencias; nuestros propios complejos nos pueden limitar hasta tal punto que dejamos de realizar aquellos sueños a los que aspiramos. Todos tenemos una belleza interior que puede quedar encerrada tras las propias puertas de nuestras emociones.
A pesar de que por la temática de su obra, muchos la han tachado de feminista, no es ese el discurso que Sandra Chevrier quiere dar. El mensaje es universal, es sólo que la artista se siente más cómoda expresando sus emociones a través de la figura de la mujer, de la expresión de sus ojos, la sensualidad de sus labios o la delicadeza de sus manos. Los hombres tienen las mismas fronteras y barreras que las mujeres y el hecho por el cual ella prefiere plasmar a la mujer en sus trabajos no es otro más que la mera práctica, el instinto, simplemente se le da mejor representarlas a ellas que a ellos.
Es interesante conocer también el concepto que Sandra Chevrier tiene de la estética. Muy joven supo que tenía una habilidad para crear bellas imágenes. Es consciente de que la belleza de las imágenes que ella crea es lo primero que capta al espectador. Como en la vida cotidiana, todos tendemos a fijarnos primero en aquello que nos atrae, que nos gusta. Es ahí donde ella utiliza su “gancho” para atraparnos, pero si el resto de la obra no contara nada y no transmitiera, la obra caería en el olvido y no marcaría una diferencia.
El trabajo de esta artista es profundo, espiritual, lleno de emociones. En la serie previa a “Les cages”, llamada “Drames en couleur” Sandra representaba elementos religiosos como Budas, tótems o diosas junto a elementos arquitectónicos u objetos de la sociedad moderna y a animales salvajes. Los vivos colores de estas obras captan, una vez más nuestra atención para conducirnos a una reflexión personal interior. El equilibrio estético entre estos elementos invita a meditar acerca de cómo nos afectan las nuevas tecnologías y el consumismo cotidiano y cómo antagonizan, en ocasiones, con nuestros valores culturales, representados iconográficamente por los elementos teológicos, y con nuestros sentimientos y emociones más instintivos. Como en las obras de esta serie, cada uno de nosotros trata de mantener su balanza en equilibrio según considere lo más importante para él o ella, un equilibrio entre lo material, lo divino o lo natural.
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