Son pocos los artistas que han logrado en vida conseguir el reconocimiento y la admiración del ciudadano de a pie como lo hizo Andy Warhol. Esto provocaba en él la convicción de que todo el mundo tendría sus 15 minutos de fama. De esta manera vaticinaba la repercusión social de los medios de comunicación y en concreto de la prensa amarilla.
En 1949 se traslada a Nueva York donde trabajaría como ilustrador y publicista y sus diseños marcarían un punto de partida en la creación de un estilo propio directamente vinculado a la concepción de un nuevo movimiento, el Pop Art. Desde el comienzo de su carrera mostró una gran admiración por las estrellas de cine.
Muy pronto dejó entrever su inmensa comprensión del culto a la estrella, y lo hizo a través de su comportamiento en los círculos sociales que frecuentaba como un hombre tímido cuyo aspecto y presentación ante el público rápidamente se relacionó con el movimiento pop.
Fueron muchas las figuras populares que atrajeron la atención de Warhol, pero sin duda la más relevante y la más plasmada en su obra fue Marilyn Monroe. Ella fue escogida por el artista como modelo de su arte cuando ya había fallecido, contribuyendo así a que su fama póstuma fuera mayor que en vida y dando lugar para siempre a un mito.
Es indiscutible el atractivo sexual de la actriz y seguro que fue uno de los aspectos que llamaron la atención de Andy Warhol. Pero quizás el elemento definitivo fue la leyenda que giraba en torno a ella. Los supuestos malos tratos sufridos por la actriz durante su niñez sumados a la prematura e inesperada muerte a la edad de 36 años debieron constituir un interés especial en el artista para inmortalizar y mitificar a Norma Jean, alias Marilyn Monroe.
Otros ídolos de Warhol, también retratados en sus obras, como Elvis Presley o Elisabeth Taylor, también estuvieron inmersos en el aura de la tragedia. Presley, de camionero cantante a ídolo de una generación sufrió frecuentes depresiones a lo largo de su vida, Liz Taylor, de niña mimada a una de las actrices mejor pagadas de su época, tuvo durante toda su vida problemas de salud. Incluso la propia Marilyn Monroe llegó a estar desesperada por romper con el estereotipo de icono sexual y suplicó por papeles en los que pudiera demostrar su valía como actriz y no fueran logrados por su imagen.
Probablemente Andy Warhol, víctima de una infancia difícil marcada por la enfermedad, se identificó con estas estrellas que protagonizaron su creaciones en la década de 1960.
